La tesis de este artículo es la sinodalidad1. Imposible realizarlo mientras predomine en la Iglesia la versión sacerdotal del cristianismo. La sinodalidad se propone como re-medio al clericalismo2 pero el clericalismo tiene raíces profundas en un tipo de sacerdocio que se introdujo en el cristianismo por la ven-tana y que nada tiene que ver con la entrega personal que Jesús hizo de su vida en favor de todo tipo de víctimas. El clericalismo es un pe-cado del que hay que arrepentirse. La jerarquización de la Iglesia no es un pecado, es una estructura organizacional que favorece el clericalismo y muchos otros males que han llegado a hacer inviable el amor evangélico que hace posible caminar a las/os cristianas/os con otras/os.